lunes, 19 de diciembre de 2016

ESA PALABRA NO APARECE




 no, pero es que no aparece el tono
 el tono en ese espacio en ese ámbito
 en que se piensa y siente
 ¿alguien alguna vez ha dicho que es el mismo?
 sin encontrar las claves para abrir
 esas fotos que tienen su propia memoria
 esas emociones que hoy prueban el sabor del exilio
 no, la belleza nunca me pareció intoxicante
 el trazo de la verdad rayando el espejo
 lo vimos
 la gama de las iniquitâtis:
 infamia, iniquidad, ignonimia (lo innombrable)
 un entendimiento histórico que esquive lo grotesco
 creer y dudar al mismo y sucesivo tiempo
 las tramas invisibles, los secretos no sabidos, 
 las frases de otros, incrustadas bajo la piel del yo mismo
 la sugestión, las astucias que en este mismo instante
 practicamos,
 la fina red de la atención y su
 adentro y afuera de la pesadilla;
 si fuese una ciudad se lo comerían las tinieblas
 y la plena luz del día lo arrojaría a las garras de la vergüenza
 y sin embargo le corrían por las arterias lentejuelas de sol 
 y sin embargo las avispas se entremezclaban
 con un hato de mariposas que no sabían absolutamente nada
 de nada
 acuclillado, cuidaba su mercadería
 augurios
 transformando en invisible lo visible
 en interior lo externo
 qué débil esa voz que alguna vez los envolviera
 desenvolviendo el misterio
 el olor de esta locura es seco
 indigente locura, opulenta locura
 ¿es el bendito fuego forestal eso que escucha?
 que nos escucha
 y ese cielo que cintila
 mientras se deslizan el silencio las miradas los pequeños
 saberes inconclusos
 las intenciones los encantamientos las ideas con su mínima
 luz propia en la oscuridad del relámpago
 ¿todo bien?
 ah, no arrepentirse de nada, de nadie
 seguir braceando en lo innombrable
 lo inventado
 sin cola, el cometa del mensaje
 ¿adónde va?
 y sin tono la bóveda permanece inhabitada
 cada foto que toma en la mano
 pega su chispazo y quema
 sin arder
 ¿es el pasado ese fuego forestal que nos mira
 sin vernos?
 impasible ah, todo esto ondula
 la quietud no es otra cosa que apariencia
 esa palabra que significa el borramiento de todo
 no aparece
 mientras tanto
 frutos
 y flores
 y la sombra de los dioses
 las manos rozándose como miradas
 los cuerpos precipitándose en el otro
 ese entendimiento que jamás entendimos
 cómo
 y las horas pasadas en la espera
 y la dicha abriendo un río nuevo
 cada día
 regiones lejanas que se alejan
 ¿era éste el dolor de la existencia?
 ¿o también eso y es otro el dolor?
 todo se desliza en su nada-quieto:
 los dioses corrían como tormentas de sombra y de sol
 sobre la hierba
 y un gran 
 absurdo
 maravilloso convencimiento
 ofrecía a los vientos que quisieran
 las velas del inerme
 y entusiasta
 botecito
 que el agua
 ¡nada menos que el agua!
 milagrosamente
 sostenía





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