martes, 26 de abril de 2016

LOS CUADERNOS. EL CUADERNO CELESTE, DESDE EL 15 DE ENERO DE 1998. UN FRAGMENTO

 hicieron el trayecto y se perdieron.
 los encontró la tormenta

 adminículos en Tdvushka

 es una música larga, como una vida.
 ¿cuántos instrumentos?
 ¿quién escribió la música que... emplean?

 mensajes benzelucas
 que hablan a través de los grillos zigzag
 ¿antes de qué?

 habían inventado, le confió, una rueda para emperadores.
 pero no encontraban a ninguno para probarla.

 tres filos

 palabras que rozan la cosa
 palabras que rosan la rosa

 casi todo lo verdadero es verdaderamente inexpresable

 el delicado seudopodio
 de una palabra se extiende
 y toca, 'nombrando'
 "¡A veces una palabra alcanza tanto!"

 la mirada, el oído, trayendo señales
 el ciego-sordo-mudo tacto
 ¿en qué lenguaje?
 (como se pregunta, "¿en qué idioma?")

 la música, a veces
 como querer abrazar el agua

 afable: "a quien se puede hablar"
 (fari: hablar)
 ineffabilis: de iffabilis, 'expresable'
 afhabile (neologismo): "que tiene la habilidad de que se le
    puede hablar

 "son naranjas árabes", agregó, "rematadamente árabes"

 náufragos del buque-cárcel: ¡cuántas sensaciones encontra
       das!

 el libro de las advertencias

 para finalizar, entonces, ¿duerme un árbol?
 en su tercer viaje se plantea esta pregunta, cuyo origen re-
 side en esas noches dormidas bajo el mástil, o los mástiles
 de un bosque (el viento generalmente cede de noche, aún
 en los bosques deshabitados)


unos cuantos años antes, leía los ejemplares de El Corno
Emplumado, que llegaban a mis manos. Bilingüe (inglés-
castellano, con predominio claro de esta lengua), a veces
incluía un dossier especial. Como este número de 1965,
con una vasta selección de poesía finlandesa. Ahora que 
acabo de publicar el famoso poema La hoja, de Bronislaw
Maj, encuentro estos versos de Tuomas Anhava: "Asomo
a la ventana; calma completa:/ cae una hoja, caen dos,/ y
tres". Y siguen cayendo las hojas todavía.

 Diluciones

 Compadritos y comparsas- alguien que no sea

 pasa despotricando a nuestro vagón un hombre (¿de qué
edad? ¿tendrá edad, aunque sea? medio sucio, sin estar an-
drajoso) con un bolso de Boca en una mano y cuaderno es-
piral en la otra. "El cuaderno espiral con alambre de campo
cromado", dice aproximándose a una señora. ¿Impresión de
agresividad? Después a un muchacho de veintipico. Éste le
hace un gesto (bien) de que no quiere comprar.. "¿Y para
qué vas a querer vos, boludo?"

 se zambulle tu cuerpo en tu cuerpo
 o emerge tu cuerpo de tu cuerpo
 ¿tengo que preguntarlo?
 ¿todo el cuerpo? ¿o ese ombligo
 que liga, en lo invisible,
 tu cuerpo a tu cuerpo
 hace que no desaparezcas en tus aguas,
 que no te disuelvas en mi aire mental?

el PAFUÍ relámpago (tachado) explosivo
y la luciérnaga de Dufuitén
"los fuegos artificiales de los pobres"

 un día Wundum decidió construirse un avión -de uso per-
sonal- tal vez para vuelos breves o quién sabe y vuelos cur-
vos, o en todo caso mixtos y vuelos de ascención ¿hasta
dónde? ¿dónde hay descanso, Wundum? para enroscarse
en el cielo y tirabuzonear de lo lindo y para dirigirse de una
buena vez al horizonte

 "sólo el horizonte me llama", le había escrito un náufrago
a W. "últimos mensajes", p. 18 "quiera la luz marina, húmedo-
pálida estremor extremo loca y filosa y marina albuminoidea,
posarse sobre mi ala"
 "quiera el aire anestesiar el dolor del ala"

 ¿quiera Wundum volarse de Wundum?

 Wundum en lo oscuro, sin lucesitas
 y su avión desplumado

 Títulos:
 Ángeles del mar blanco
 Fugas de amantes
 Luz que queda
 Penúltimos mundos
 Arena, arenas
 Cementerio de hábitos
 Hamacas y liebres, lemures y hélices
 El Palacio imperfecto
 Los señores de los puertos cerrados
 El bebedor de locuras

 Dejarse inundar: música, dolor 
 dejarse inundar

 Causa, cauce del dolor
 El dolor que si no tiene causa no encuentra cauce
 y sin cauce no rueda ni se gasta

 (útil -o más o menos corriente- estar vacunado contra la
histeria)

 (Hoteles cercanos a Constitución. También varias clases
de edificios: ninguno es muy alto ni muy moderno. Debe 
resultar casi imposible vivir acá sin deprimirse hasta el hue-
so)

 Sentimientos sin sentimentalismo
 Limpiar la carne de la grasa
 ¿Sabores, solamente?
 Valores... sabores, ¿qué vale más, qué es más sabroso?
 O también, ¿qué es mejor, valorar o saborear?

 La vecina Trencia. Riesgo puro para todos los hijos. Enviar
un hijo a Trencia... humm

 la subjetividad -y la escritura es uno de sus mejores reinos-
permite lo que las reglas, los códigos y las morales suprimen:
relacionar, entremezclar, pasar el registro consciente a uno
que está en una suerte de limbo, ése descripto en sánscrito
con una sola palabra, nevasaññannasaññayatanna
 lo que no pertenece ni a la conciencia ni al inconsciente
 en ese lugar se traman las cosas, se vincula lo aparentemen-
te alejado, tienen que ver las cosas que no tenían nada que
ver (las cosas ciegas)
 voy a seguir un curso de ésos, ahora
 el de cómo mientras voy leyendo, aparecen referencias in-
ternas, asociaciones vinculantes
 Walter Benjamin dice que "en toda la obra de Kafka no
aparece el nombre de Dios" entonces viene su explicación,
que es más compleja de lo que uno creería o querría
 "el gesto más distinguido de Kafka es la vergüenza" (ahí
empiezo a estar, porque es la vergüenza la compañía inevi-
table que llevo o me lleva cuando visito el pasado) "Ser vis-
to por Dios sobre esta Tierra es insoportable y no es posible
imaginar a alguien que la observe. Por eso Kafka no habla
nunca de Dios."
 Resulta que Brecht, no tan casualmente, decía que Kafka
era "un escritor profético."
 Y dice que el tema de Kafka es el asombro
 Me veo tentado de subrayar esta palabra, mientras asocio:
el proverbio árabe que siempre me fascinó: "vende tu astu-
cia y compra asombro" Como la astucia forma parte justa-
mente de aquella vergüenza, el asombro aparece como su
perfecto contrario: Astucia=especulación, medida, benefi-
cio; Asombro=aventura, riesgo, indefensión.
 Enseguida agrega Brecht algo asombroso: dice que se mez-
cla en el asombro de Kafka "un terror cerval". Transporte
inmediato al relato de un paciente que me contó una vez
que cuando su madre estaba cerca de morirse sólo hablaba
en alemán (de paso, la lengua en la que escriben tanto Ben-
jamin como Brecht como el mismo Kafka), un idioma que
había aprendido de chica y abandonado por la migración
poco tiempo después. Que al médico, por ejemplo, sólo le
hablaba en esa lengua. Pero lo que más me impresionó del
relato de mi paciente es que en un momento la madre lo
llamó para hablarle casi al oído y que entonces le dijo que
ella sentía "un terror cerval". Era una forma inusual de ha-
blar del miedo, una forma que grababa la gravedad del su-
frimiento que padecía de una manera imborrable.
 Un cruce, algo que seguramente por cierto desconocimiento,
me resulta absurdo. Brecht llama a Kafka "el único escritor
bolchevique genuino". (!) Me acuerdo de los signos de ad-
miración o de interrogación, según si la jugada había sido
muy buena (sorprendente) o muy mala (lamentable), que
usaba en sus comentarios de las partidas de ajedrez alguien
que se había apodado, en forma muy poco original, Capa-
negra
 Pero vuelvo a las otras asociaciones. Se me ocurren cuando
Benjamin escribe que "Kafka precisamente está emparentado
con Klee", que ha sido siempre mi pintor favorito. Su sensibi-
lidad extraordinaria, en pequeños cuadros que parecían exten-
derse hasta el infinito. O, al menos, señalarnos el camino ha-
cia él. Klee, otra K. posible, esta vez en la pintura.
 Benjamin afirma que ese parentesco él lo encuentra en "el 
mundo en varios sentidos tan jovial e influido por ángeles
(de Kafka) es el complemento exacto de su época, que se
dispone a exterminar a los habitantes de este planeta en
cuantiosas masas."
 Praga, agrego yo, en el medio de los dos grandes asesinos
masivos del siglo XX. Kafka, vuelvo a agregar, que escribe
en sus Diarios una muy breve entrada: "2 de agosto. Alema-
nia le declaró la guerra a Rusia. Por la tarde, en la escuela
de Natación." El día anterior -es imposible que no estu-
viera al tanto de la inminencia de la guerra (Mundial): "
de agosto. Acompañé a K. hasta la estación. La oficina lle-
na de parientes. Me gustaría ir a visitar a Valli." Cuatro días 
después se ve aún más claro que K. está en otro tema: "Contemplado desde el punto de vista de la literatura, mi 
destino parece bastante simple. El deseo de representar mi fantástica vida interior ha desplazado todo lo demás, y ade-
más la ha agotado terriblemente, y sigue agotándola. Nin-
guna otra cosa podrá jamás conformarme."

 Todo esto podría llevarnos tranquilamente a la cuestión
que más le importaba a Proust, según sus propias palabras,
que era: ¿En qué medida el escritor está en lo que ha escri-
to? Por cierto, Proust se refiere a la novela -en este caso era
Jean Santeuil- y a la aparición de sus secretos autobiográfi-
cos en ella. Pero ahora me interesa plantear una pregunta dis-
tinta: ¿En qué medida está/estoy, el autor de un diario en sus
escritos? Se supone que en el caso de la novela, el autor quie-
re a su vez contar lo que le pasa y, al mismo tiempo, ocultar
ciertos datos que no quisiera que se sepan acerca de él. En
esa misma línea, los Diarios de Kafka rebosan de comenta-
rios terribles acerca de sí mismo, como que está lleno de odio,
envidia, auto-desprecio, etc., etc., pero se cuida muy bien de
decirnos a qué se refiere específicamente. Cuál es su odio,
a quiénes envidia, y todo eso. En todo esta masa de confesio-
nes y ocultamientos campea justamente la vergüenza. 
 Preguntarse en qué medida está uno en lo que escribe tanto
como diarios o cuadernos, como lo que puede escribir como
auto-biografía implica el tema de la identidad. Despega la
página pegada de la identidad. NO soy idéntico a mí mismo.
Y tampoco sé quién soy o por qué siento de la manera que
lo hago. Por qué prefiero esto a aquello (argumentos a un
lado), por qué no me gusta tal comida y me encanta tal otra,
por qué me enamoré de tal mujer, de dónde provienen mis 
más profundos miedos, y todo lo demás. La identidad es en
realidad no-idéntica por naturaleza. La construimos a medias
entre yo y el Otro, va cambiando con el tiempo, nos recono-
cemos o no nos reconocemos en ciertos actos, en ciertos di-
chos nuestros. Las circunstancias de la vida hacen aflorar
aspectos 'propios' que desconocíamos. Una muerte, un acci-
dente, un encuentro, un vínculo...

 creo que sigue faltando la metáfora más justa o bien la más
hermosa, acerca de la identidad

 imitadores de gestos, hay dos especies
los que lo hacen a propósito, los que lo hacen sin querer, sin
darse cuenta
 en ambas especies hay artistas
 parece ser que nunca es muy difícil identificar a un artista
  en algunas regiones es aquel que lanza la flecha a través del
follaje y da en la presa
 "si quiere", dicen algunos
 "si le sale", comentan otros

 ¿Desde cuándo estoy preocupado?
 ¿Puede, verdaderamente, ser desde siempre?
 ¿Puede, acaso, no serlo?

 un solo, perdido, bocinazo de un tren en el aire ligeramente
neblinoso de angustia de las tres de la mañana
 ahora estoy despierto, tren, ¿era eso?

 a veces las hojas se mueven como insectos

 son salas: la Sala TFIKI, que se abre en ocho Salas-brazos
 superpuestas, entrecruzadas
 la Sala GHÚ, la sala de Dresgha, el Inquietísimo
 salas de apóstatas, la de JLIBAM, que se decía conducía
a "la ría de los hombres"

 ¿cómo se entra a un filo?

 "Bebí sol
  Ahora
  Me beberá la luna"

cantará sordamente la tierra a través de mis huesos
cuando ya no haya cantos, habré renacido

Pequeña luz
al nacer
Qué! nunca floreció

 ante tu desnudez, la misma sensación que ante un día be-
llísimo, ¿qué, cuánto, cómo hacer con él? esa mezcla esa
agitación del entusiasmo, no puede no tener cierta dosis
de angustia

 había decidido empezar a escribir porque, al leer el Iván
Illich, se dio cuenta de que él también se iba a morir
 y le parecía un tema triste pero esencial, porque darse
cuenta de que uno se va a morir lo cambia todo
 pero I.I. se iba a morir pronto, ya que era un hombre muy
mayor y, además, estaba muy enfermo
 en cambio S. rondaba los 50 y, hasta donde sabía, estaba
en muy buena salud
 o hasta donde puede saberse
 S. empezó a pensarlo todo al estilo de Iván Illich:
 ¿para qué sirvió esto, para qué aquello otro?
 pensar así a los 50 tiene consecuencias
 al menos si se es consecuente y se sigue adelante
 (infrecuente)
 S. lo hace
 va 'hacia adelante' yendo hacia atrás
 pero él siente que su dirección debe ser otra
 ¿intencional, inexorable?
 quiere saber, quiere ir 'hacia lo hondo'

 de cómo Música para camaleones (Capote), me condujo
(págs. 274 a 276) a Willa Cather y a su Dama perdida

 (Ayer un paciente: "queda lejos, como qué sé yo, de acá
a Bella Vista." Dos horas después, otra paciente, "porque
íbamos, cuando era chica, a visitar... yo tenía... una tatara-
buela que vivía lejísimo, en Bella Vista." ¿Habrá quedado
algo en el aire? ¿Se habrían puesto de acuerdo?)

 Coincidencias
 Darshan y un amigo (T.) viajan en el micro desde Gessell.
Llueve y está oscuro. D. piensa en la vez que se quedó el
Daihatsu... empieza a contarle a T.: "te acordás..." y T., mi-
rando por la ventanilla, lo interrumpe: "mirá, Ledesma, don-
de se quedó el Daihatsu la otra vez".

 que fuera (el saber) una herida
 ¿cuántas capas, manos, de presente?
 Zucchero canta Doménica

 tenso, ¡mi alrededor es tan inmediato! He tenido hallazgos,
sin embargo, y los he perdido en esa misma inmediatez que
me pellizca, irrita, carcome
 si un budista entrase en la composición de partes que soy,
tardaría en reunir los desconciertos, como un campesino que
recién empieza a trabajar en una hacienda y lo envían a jun-
tar al atardecer los animales... y no sabe cuáles ni cuántos
son

 (de un viaje)
 esta mujer que viene por el pasillo con pasos tan cortitos,
¿es japonesa o está dormida?
 dormí en varias posiciones nuevas para la anatomía humana,
debería escribir un apéndice para Testut
 C. le dijo a B. "en un tiempo parecíamos inseparables", y B.
le dijo a C. "somos inseparables, lo que pasa es que yo estoy
muy enamorada..."
 D. dijo: "el viaje de ustedes es de placer, el de la India fue de
experiencia, no de placer" (este año el trabajo lo envía a Tie-
rra del Fuego, Córdoba y Jujuy)
 escena Marlboro: gran foto, cae la tarde, dos cowboys ac-
tuales a caballo, de espaldas, uno dice: "I miss my lung, Bob"
más adelante, otra parecida: "I have emphisema, Bob"
 el hombre viejo que manejaba como el culo, cerca de Santa
Mónica y que en los semáforos se metía un grueso dedo en
la nariz con una expresión tan idiota que parecía a propósito
 se abren las autopistas a velocidad; tomo la 57 por error, en
lugar de la 10, y era la correcta
 entre el completo artificio del Las Vegas nocturno, pequeña,
bellísima, la luna
 en el regreso, gran sensibilidad, voy leyendo "Writers" com-
prado de oferta (9,99) en el aeropuerto. Mirando esos rostros
[se trata de un libro de fotos de escritores, cada una con un
comentario del mismo o bien con un fragmento extraído de
alguno de sus libros] tan presentes, tatuados de personas,
pequeñas manchas, arrugas, miro alrededor, capto ligeros
detalles
 en el aeropuerto (LA), la misma gavilla de azafatas tailan-
desas
 en el avión pude leer con tranquilidad: no tengo otras cosas
que hacer, nada me demanda o compele Tengo el tiempo
porque casi siempre tengo tiempo pero como hay deberes
y usos posibles, chau

 ¿se puede ser desprolijo en el colegio y luego místico?
me recuerda 3 libros de un tiempo que supongo más o menos
simultáneo: "Carne y cuero" de Felicien Marceau, "El hombre
que atravesaba las paredes" de Marcel Aymé y "Diario de un
aspirante a santo", de Georges Duhamel
a los 3 los sigo considerando importantes
releer me es difícil, salvo a Kafka

 reducción de atmósferas (el ejemplo de Auster)

 [una paciente, XE, llega idéntica a la de 'Tiré a mi madre
del tren']

 estábamos llenos de imángenes

 cómo dicen "gracias"
 "gracias, gracias, etc.
 en Psunbia

 tema: el Otro 'no se tiene quieto'

 ser su apoya-silencios

 escribi-irse, ex-cribirse, es-cribi-circe, ex-in-cribarse

 una historia proviene de otras historias, le dijo

 un estado de animalma

 escribir: después se reconocerá

un inglés que no conozco, en Film & Arts
dice que la religión está basada en el miedo (a morir), eso
es la religión para la mayoría de las personas; un Dios que
mira es un villano; la religión para mí (él) es la herida, no
el vendaje; el reconocimiento del dolor, etc.
dice que la infancia está tan llena de temores, diversión, an-
siedades, q una vez perdió una lapicera, ¡la pérdida de esa
lapicera!
que un acto malvado puede traer buenas consecuencias
y que un acto bondadoso puede traer nefastas
(estas transcripciones siempre parecen empobrecer mucho
el original)

título: CUENCAS, CUENCOS

también: CAUSAS, CAUCES

sí, las estelas blancas de los que llamábamos 'supersónicos',
muy alto, 'aviones militares', se decía   no sabíamos mucho
-y no nos importaba

¿qué es peor: no tener nada escrito o no tener nada que es-
cribir?

el analista vive de las vivencias de los demás
vivencias traducidas a significantes
¿como el trabajo está traducido al dinero que produce?

Joyce, siguiendo a Ibsen, considera que el exilio es condi-
ción del escritor ¿por qué no vuelve a Dublin?, le suelen
preguntar. "porque me impediría escribir sobre ella"
tomó la frase "me impediría"
tomó "escribir", guardó "sobre ella"
(le parecía que no debía mostrarse "sobre ella")

una traducción, el poema de Brecht, llamado "La emigración
de los poetas"
Homero no tenía hogar: Dante
Tuvo que dejar su ciudad natal.
Li-Po y Tu-Fu vagaron a través de guerras civiles
Que devoraron a 30 millones de personas
Amenazaron a Eurípides con la ley
Y mantuvieron callada la boca moribunda de Shakespeare.
Francois Villon no sólo tenía a la Musa
Detrás suyo sino también a la policía.
Lucrecio apodó 'el Bienamado'
Y se fue al exilio
Así mismo hizo Heine y también
Brecht rajó bajo el techo holandés.

se despertó: estaba soñando con unas vecinitas que tenía
y que hablaban cosas que él no debía escuchar. se durmió.
ya no se despertó.

el cansancio del dolor
como 'esperando el cansancio del dolor'

eclécticas
el tipo de tranquilidad que produce una erección
otro, de la familia, tener plata, gastable sin culpa, en el bol-
sillo
otra, familiar también, ganar un buen partido de tenis
distinto: escribir algo bueno
semejante: verse bien en el espejo
semejante: sentir que se ayudó a alguien

la idea misma de la horda se había torcido y luego de algu-
nas marchas y algunas tormentas furibundas mezcladas en-
tre sus marchas, la idea torcida tal vez para siempre desvia-
ba su curso a poco de emprenderlo

si había alguna paz en un cuerpo en algún lugar que no fue-
se el dormir, la desconocía

el manual Nimagna de las vagas impresiones

"tiranías brevísimas pero consecutivas"

"¿es mejor intentarlo? Libro del Desistir

como fuori naturae, por donde fueras

cuando pienso "L.A.", son unas 4 o 5 fotos que tengo en la
cabeza. poco, pero después de todo, ¿para qué más? sólo yo
tengo esas fotos como el álbum mental de L.A. quiere decir
que se irán conmigo, como en un bolsillo de la mente

gestos interoexternos

de la luz de la cara oscura de la luna

ni el rostro de quién
tendría que comprarme una de esas memorias africanas,
una buena Ababundala
Shka se compró una memoria marina (sí, si se puede so-
portar el movimiento)
las pausas, los patios de la memoria
la pequeña garra que, dormida, se enreda con el hilo de al-
gún recuerdo

un movimiento extremadamente silencioso, como la expan-
sión de la conciencia al despertar

y esta mujer que aparece acá, de pronto: "era delgada como
papel: sus costillas como armazón de barrilete" (Tenessee
Williams) la he visto, la he tenido entre mis brazos, estoy
seguro de eso

el tono de las personas, no el de su voz. el 'tono vital' (ter-
minología psiquiátrica germano-hispánica). el tempo en el
que viven, por ejemplo. se relación, al mismo tiempo, con
el tiempo y con la satisfacción-insatisfacción de lo que ha-
cen con él y con lo que el tiempo hace con ellos
para no hablar de lo cómodos o incómodos que están con
o dentro de su cuerpo

la jaula de las fieras, ¿de qué lado de los barrotes?

rara cosa es una musaraña, pero también un topo o un
hurón para el insecto Aiglí

rara cosa un molino, aunque entienda mucho de hélices
rara cosa un rostro, la expresión de un rostro
rara cosa un gesto de despedida, un atardecer, una efímera
ráfaga de música al pasar por una puerta

había siempre otro pensamiento
como se siente que alguien está detrás de la puerta

¿cuánto pesan sus sueños? la cola de ese sueño, esa falda
de tela soñada q se va para allá, ¿cuánto pesa?
ese tren, esa plaza del sueño, ¿cuánto pesan, también?

'colectividad' es más adecuado que 'pueblo' para ellos
una colectividad de insectos a rosca y a fricción, como los
Ducadisis, aburridísima.
todas sus frases, sus ideas, sus relatos, son parábolas

que no se apagan, que no gastan o no se les gasta la luz

¿enguantados en nosotros?
¿o somos el guante mismo?
de una mano cuya única existencia es haber creado la forma
del guante
guante que pregunta, "¿hace frío?", o "¿pincha?"
no busca saber, busca servir

"¡qué trivialidad devoradora, la del rostro de la gente!" (Fer-
nando Pessoa)

 escalones
 ¿de qué son tus escalones?
 ¿de polvillo lunar?

 hay que acostumbrarse al dolor
 o lograr que este se acostumbre a uno

 juntamos nuestros ojos para tocar lo invisible















  



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