viernes, 14 de septiembre de 2012

POETAS POEMAN A NUEVA YORK (1)

RICHARD EBERHART (1904- 2005, sí, vivió 101 años)

SALA DE LECTURA, LA BIBLIOTECA PUBLICA DE
NUEVA YORK




En la sala de lectura en la Biblioteca Pública de Nueva York
Toda clase de almas se hallaba inclinada sobre el silencio
                                                             [leyendo el pasado,
O el presente, o tal vez era el futuro, personas
Devotas al silencio y al florecimiento de la imaginación,
Cuando de repente vi a mi amor,
Ella era un fauno de pasos leves y ojo brillante
Y ella vino caminando entre las mesas y las hileras de per-
                                                                                 [sonas,

Derecho de la selva al centro de Nueva York,
Y nadie se dio cuenta, o alzó una pestaña.
Estos estaban fijados a los imaginarios esplendores del pasado,
O del presente, o tal vez del futuro, quizá
Algo tan seductor como la nariz aquilina
De Eleonora de Aquitania, o al relicario de Cleopatra en
                                                                                      [Egipto,
O tal vez estaban pensando en Juliana de Norwich.

La gente de este mundo no le presta ninguna atención a los
                                                                                   [faunos
Sean de este mundo o de otro, pero ahí estaba ella,
Toda piel brillosa, y pulcra, con movimientos gráciles,
Sus ojos amberinos relucían entre los pórticos,
Sus delicadas orejas estaban enhiestas para oir del amor,
Sus labios tenían la apariencia del pasto verde
A punto de ser pisado, y sus canillas eran suaves y delicadas.

Todo el mundo estaba en el esplendor de su imaginación,
Nadie le prestaba la menor atención a este esplendor
Aparecido en la Biblioteca Pública de Nueva York,
Sus ojos estaban en China, India, Arabia, o las Baleares,
Mientras mi fauno caminaba entre las mesas y los ojos
Inventando su mundo de vida, invisible y ligero,
En silencio y de humor dulce, iba, amando al mundo. 



CARL SANDBURG (1878-1967)    

TRINITY

La tumba de Alexander Hamilton está en el patio de 
Trinity, al final de Wall Street.

La tumba de Robert Fulton está también en el patio de Trinity donde Wall Street se detiene.

Y en este patio estenos(*), jóvenes con mochilas, fregadoras, se sientan sobre las lápidas, y caminan sobre el pasto de las tumbas, hablando de la guerra, del clima, de bebés, salarios y amor.

Una cerca de estacas de hierro... y el flujo de miles a lo largo de las veredas de Broadway... sombreros de paja, caras, piernas... un cantarín, hablador, atropellante río... corre por la calle que termina en un Mar.

...tranquilo es el sueño de Alexander Hamilton.
...tranquilo es el sueño de Robert Fulton.
...tranquilos están los grandes gobiernos y los grandes barcos de vapor.        

                                        
(*)'estenos', abreviatura de estenógrafos.


EZRA POUND
  N.Y.

¡Ciudad mía, mi bienamada, mi blanca! ¡Ah, esbelta,
escucha! Escúchame, y con el aliento he de insuflarte un 
alma.¡Atiéndeme delicadamente, sobre esta flauta!

Ahora sé que estoy loco,
porque aquí hay un millón de personas de mal humor
a causa del tráfico.
Esta ciudad no es una doncella.
Tampoco podría yo tocar la flauta aunque la tuviera.

Ciudad mía, mi bienamada,
eres una doncella sin pechos,
eres esbelta como un junco de plata.
¡Escúchame, atiéndeme!
Y he de insuflarte un alma,
y habrás de vivir para siempre.

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