viernes, 10 de junio de 2011

LOS ABRASAGRADOS

¿Cuánto duró ese abrazo,
entrecruzando vidas
y sombras del pasado,
los ojos resplandecientes
con el jugo de las lágrimas
guardadas,
fuera del mundo,
dentro del halo,
lo más cerca que se estuvo
del inefable sentido de la vida?

("He medido mi vida con cucharitas de café",
escribía Eliot)

Heidegger: "lo sagrado es propiamente lo tremendo".
Calasso: "a lo que sigue esta frase enigmática <Pero
lo tremendo (das Entsetzliche) permanece escondido
en la dulzura del leve abrazo>".

Rilke: "Pues lo hermoso no es otra cosa que el comienzo
de lo terrible en un grado que todavía podemos soportar."

tremendo=temblor=terrible=tremor
tu temor, ¡cuánto valor!
tu tremor, ¡cuánto temblor!

Fugan uno en otro los temblorosos corazones

Siegfried Schmid le envía en 1797 estos versos a Hölderlin:
"Toda vida es -si nos anima el dios- sentida.
Son sólo toques ligeros; pero de fuerza sagrada".

Leve, levitante.
¿Acaso existe?
Hacen falta ciertos dos cuerpos
para que haga su pasada suave,
e invisible e indivisible,
lo sagrado.

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