miércoles, 17 de abril de 2024

4 POEMAS DE "BLILKLA 2: INUTILES MISTERIOS"

  


  1. EN TREN


  Se paga la tarifa bajo caución.

  El expendedor de boletos

  con una máquina tambor, de plomo y bronce,

  giratoria,

  como los molinillos de rezo tibetanos.


  Ya viajamos

  en los reumáticos vagones de madera

  que abandonara alguien,

  apropiados para y por el ferrocarril Tracshar-Suni,

  sin asientos,

  puestos en marcha por máquinas ancianas

  del sello Kästen: Kmor

  y por el declive del terreno

  seco, y tan pobre

  que ninguna alimaña lo llamaría su "hogar"

  (extensos territorios de 'ninguna parte a ningún lado).

  Enviados al remotísimo rincón

  de Usamia

  para arrojar un puñado de canciones

  blandas, ásperas, tenues,

  inertes,

  cancioncillas que no valen sus remiendos.

  Y nosotros a cantar

  "Mandlevi canta como el trueno"

  "Studna pide socorro"

  "Aluvinas"...


   Pero las canciones del trueno

  tienen bellas letras escritas en otra parte

  en otra lengua que la humana

  y donde vamos a cantar

  nadie tiene más de un zapato

  y nosotros, también, 

  sentados, roncando, en el piso

  del demente tren

  del recorrido Tracshar-Suni.


  El amanecer colándose

  sin ganas ni falta de ganas

  por ventanillas

  abiertas

  como ojos de muertos.




  2. VISIONES


  La foto esa

  la tengo todavía

  en el "agua primigenia".


  Tu rostro se desliza

  dentro y fuera

  de la invisibilidad.


  El ondear del agua

  es la frontera

  entre uno y otro lado

  de lo real.


  Temblando todavía

  entre ser y no ser

  tu rostro aparece

  dibujado

  y disuelto

  por el agua.


  Tu sonrisa

  recién asomó

  viniendo de ninguna parte

  y volvió delicioso

  el mundo.




  JIRONES, GIRONA


  Cuelgan los cielos sobre los puentes.

  Las paredes pálidas

  de tanto frotar cielos grises

  mientras se apura la tarde.


  Todo parece querer huir de la mirada.


  Me espera sin esperar

  y cuando regreso se ha ido.


  Los puentes, los lados del río,

  el mínimo color, invadido por lo más joven de la noche.

  ¿Es demasiado pronto

  o demasiado tarde?


  En una iglesia subterránea

  había una inscripción.

  Y no tuve tiempo de leerla,

  o no la entendí,

  o estaba escrita en Angst,

  la antigua lengua de mi infancia.




  4. ASPIRACIONES DE LAS FLORES


  ¿Y si durmiesen

  los jazmines,

  las lilas, las madreselvas?


  ¿ Y si perfumar

  fuese

  su forma de respirar,

  su forma de expirar?


  ¿Y si las flores dormidas

  soñasen 

  sus perfumes?


  ¿Y si exhalar perfume

  fuese la única manera

  de inhalar aire?


  ¿Y si las lilas

  jazmines y madreselvas

  soñasen sin dormir?


  ¿Y si todo ello fuese sólo

  señales vacías,

  inútiles misterios sin mensaje?






FUENTE


Robert R. Rivas. Blilka II. Inútiles misterios. Inédito.


(Blilkla significa "idiomas olvidados" en un idioma olvidado.)










  


domingo, 14 de abril de 2024

OTROS 5 POEMAS DE JEAN FOLLAIN

   



  UN TAXIDERMISTA


  Un taxidermista está sentado

  ante los pechos bermejos

  las alas verdes y púrpura

  de sus pájaros cantores

  soñando acerca de su amante

  con un cuerpo tan diverso

  y aún así tan próximo a veces

  al cuerpo de los pájaros

  que le pareció 

  muy extraño

  en sus curvas y sus volúmenes

  en sus colores y sus atavíos

  y sus sombras...




  MÚSICA DE ESFERAS


  Él desandaba un camino congelado

  en su bolsillo tintineaban llaves de hierro

  y con su puntiagudo zapato distraídamente

  pateó el cilindro

  de una lata vieja

  que por algunos segundos hizo rodar su helado vacío

  se bamboleó un rato y se detuvo

  bajo un cielo tachonado de estrellas.




  CARNE NEGRA


  Entre piedras llamadas preciosas

  que sólo su propio 

  polvo pueden desgastarlas

  los comedores de venado

  trinchan en silencio

  su carne negra

  los árboles en el horizonte

  imitan en esbozo

  una oración gigantesca.




  ESCUELA Y NATURALEZA


  Dibujado en el pizarrón

  de un aula en un pueblo

  un círculo permaneció intacto

  y la silla del maestro estaba vacía

  y los estudiantes se habían ido

  uno navegando sobre la corriente

  otro arando en solitario

  el camino iba serpenteando

  y un pájaro dejaba caer

  las oscuras gotas de su sangre.




  ENFRENTA AL ANIMAL


  No siempre es fácil 

  enfrentar al animal

  aún si te mira 

  sin temor ni odio

  lo hace tan fijamente

  y parece desdeñar

  el sutil secreto que carga

  parece mejor sentir

  la obviedad del mundo

  que día y noche ruidosamente

   perfora y daña

   el silencio del alma.




 Jean Follain es uno de mis poetas preferidos. Pienso que

ha creado un estilo propio. Nació en un pueblo llamado

Canisy en 1903, y pasó allí su infancia. En 1919 viajó a

Leed (Inglaterra) en un vano intento de mejorar su inglés.

En 1921 comienza a estudiar en la Universidad de Caen,

recibiéndose ahí de abogado. Lo extraño, pero no en Fo-

llain precisamente, donde lo extraño forma parte de su poé-

tica, es que se convirtió en un abogado corporativo -y traba-

jó como tal toda su vida. En 1933 publica su primer libro de

poemas, junto a otros dos grandes poetas: Eugéne Guillevic

y Pierre-Albert Birot. Murió en un accidente automovilístico

en 1971. Si bien fue un ferviente lector del surrealismo, su

poesía se aparta totalmente de esa escuela. Follain combina,

relaciona, de la forma más sutil y sorpresiva, cosas que apa-

rentemente no tienen relación entre sí. Pero es sólo una apa-

riencia (a diferencia del surrealismo), porque el lector se en-

contrará guiado en ese fino cambio de dirección casi sin dar-

se cuenta. Por ejemplo, las gotas de sangre del pájaro que so-

brevuela el camino, indicarían la presencia de cazadores que

lo han herido. O no. Pero cada frase está plena de connotacio-

nes, produciendo el efecto de un texto-bola-mágica que gira

de verso a verso, presentando nuevas visiones, nuevas reali-

dades. En castellano existe una versión de sus poemas, lla-

mada "Espacio del instante", con traducciones de Pedro Pro-

vencio, que publicó Icaria en 2001.

 Pero, siendo un poeta muy poco conocido en nuestra lengua,

suelo volver a traducirlo, para intentar difundir su preciosa

poesía. (Hice una primera publicación el 8 de febrero de 2011,

y una segunda, más extensa, el 10 de abril de 2020. Se pueden

encontrar fácilmente apelando a la ventanita que la página 

contiene en su rincón superior izquierdo.)


FUENTES


Serge Gavronsky (Ed.). Poems & Texts. An Anthology of

French Poems. October House Inc, 1969. ¡Precisamente el año

en que compré el libro en Estados Unidos.


Czeslaw Milosz. A Book of Luminous Things. An Internatio-

nal Anthology of Poetry. A Harvest Book, 1996.


Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

  

lunes, 1 de abril de 2024

CUATRO POEMAS BREVES DE "LA SONRISA KENUGA"

  



  1


 ¿Cómo la inmensidad 

  de la noche

  no se aluviona sobre la luciérnaga?


  ¿Por qué la multitud

  del mar

  no acosa

  al minúsculo pez-plata?




  2


  Arroja contra el velo de la distancia

  la piedra de la dicha.

  Empuja tus demonios a la orilla

  Empuja las orillas

  Ella misma es la orilla, cuando se desnuda



  3

 

  El ombligo de tus silencios

  y el de tu nuca

  y el de tus palmas

  y el de tu sonrisa

  de alas transparentes




  4


  Ahuyentando al mundo,

  la canoa abandonada.

  Sobre el impresionante mundo,

  apoya tu pensamiento transparente.




 FUENTE


Robert R. Rivas. La sonrisa Kenuga. Ediciones Silicua.


  

domingo, 24 de marzo de 2024

'LA ERA HEROICA' UN POEMA DE HENRI MICHAUX

   LA ERA HEROICA


 El Gigante Barabbo, jugando, le arrancó una oreja a su her-

mano Poomappi.

 Poomappi no dijo nada, pero como distraídamente le estrujó

la nariz a Barabbo y la nariz se desprendió.

 En respuesta Barabbo se agachó, le arrancó los dedos de los

pies a Poomappi, y después de fingir que hacía malabares con

ellos, rápidamente los hizo desaparecer detrás de su espalda.

 Poomappi estaba sorprendido. Pero era un jugador demasiado

bueno como para que se notase algo. Por el contrario, actuó co-

mo alguien para quien algunos dedos de los pies no significa-

sen nada.

 Sin embargo, en espíritu de réplica, le rebanó una de las nal-

gas a Barabbo.

 Pueden estar seguros de que Barabbo sentía un apego extre-

mo por sus nalgas -las dos- pero escondió sus sentimientos e

inmediatamente retomó la lucha. Con gran crueldad y mucha

fuerza, le arrancó a Poomappi la mandíbula.

 Poomappi estaba desagradablemente sorprendido. Pero no

había nada que él pudiese decir. fue un golpe lícito, había si-

do realizado cara a cara, sin ninguna clase de trampa.

 Poomappi hasta intentó sonreír. Fue duro, ¡oh, fue duro!

 La parte exterior no se prestaba para sonreír, y la de adentro

tampoco. De manera que no perdió tiempo en esforzarse, sino

que continuando con el tren de su pensamiento, retomó la lu-

cha, apuntó al ombligo, abrió de un tirón el abdomen, y trató 

de insertar el propio pie de Barabbo en el agujero; primero lo-

gró retorcerlo lo suficiente, y luego lo ancló dentro de la heri-

da como un poste. 

 Barabbo estaba sorprendido. 

 Su equilibrio sobre una sola pierna sin dedos dejaba mucho

que desear. Pero no mostró nada, se comportó como alguien

que está tranquilo, que tiene partidarios en todos lados, y es-

peró.

 En este momento, Poomappi, que ya casi había ganado, co-

metió un gran error. Se aproximó.

 Entonces, rápido como una flecha, Barabbo se arrojó, quedó

encima suyo, le dislocó uno de los brazos, se colgó del otro,

dislocándolo también, y cayó tan hábilmente encima del desa-

fortunado Poomappi, que le rompió las dos piernas. 

 Yaciendo cara a cara, ambos igualmente exhaustos, y abruma-

dos de dolor, Poomappi y Barabbo intentaron en vano estran-

gular al otro. 

 El pulgar de Poomappi estaba justo sobre el cuello, pero no

tenía la fuerza suficiente como para apretar efectivamente.

 Las manos de Barabbo  todavía contaban con algo de fuerza,

pero tenía mal agarre, apretó infructuosamente el cuello de

Poomappi.

 Enfrentados a esta extraordinaria confluencia de circunstan-

cias adversas, los corazones de ambos hermanos aflojaron; se

miraron el uno al otro  por unos momentos con creciente indi-

ferencia, y luego, dándose vuelta, cada uno para su lado, se

desmayaron.

 La lucha había terminado, al menos por este día.



 

 NOTA

 Esta traducción se suma a otras que he ido haciendo en este 

sitio, intentando dar a conocer más textos de Michaux en cas-

tellano. lo cual significa que hasta donde he podido compro-

bar, este texto permanecía inédito en nuestra lengua.

 Vuelvo a decir que para mí, Henri Michaux es el poeta más

grande del siglo XX. Por grandilocuente que suene. El explo-

rador incansable, original, de quien Alejandra Pizarnik decía

que aprendía como de ningún otro. Hermanado con ella, in-

tento el pequeño homenaje de seguir buscando textos del 

maestro admirable. 


FUENTE


Darkness Moves. Anthology 1927-1984. Selected, translated,

and presented by David Ball. Univ. of California Press, 1994.

Este texto pertenece al libro "La noche se mueve", cuya pri-

mera edición, de Gallimard, es de 1935.


Versión del inglés al castellano: Robert R. Rivas (c)

miércoles, 20 de marzo de 2024

CINCO POEMAS DEL ESTONIO ALEKSIS RANNIT

  



MAGNOLIA GALLICA


 Escuché

 a las magnolias

 hace mucho tiempo-

       en el resplandor crepuscular,

       de la blanqueadora

       lluvia.


 Y ahora,

 por una vez-

 una hora de verano

 en el ensueño crepuscular-

        Ah gran flor de la magnolia,

        desnuda, anunciante

        vos.



 LAS DIMENSIONES DEL VERSO


 Melos dentro,

 vertiendo interminablemente

 mágico Eros sin.


 Maestro de música,

 sobrio en alegría.



 ESPERANDO


 La última luz de la rosa que se occidenta,

 amada, rigurosa ternura,

 armonías contenidas en reposo,

 profusión incluida.




  PALABRA


 Viniste a mi cuarto

     tu movimiento

          de cada frase


sólo abriéndose

floreció en promesas


Y en nuestro jarrón vacío

ahora creciendo con deleite

siempre la palabra de tus manos




 EL FINAL DE UN POEMA NO ESCRITO*


 El ritmo-

 frutilla silvestre

 madurando oscura-

     la más íntima

     línea

     del arroyo


*También puede ser "tácito" o "hablado" (verbal).



Este poeta sumamente misterioso, delicado, sutil, que juega

con palabras que en sus manos se tornan fácilmente moldea-

bles, nació con el nombre de Alexey Konstantinovich Dolgo-

shev, en la que sería la actual Tartumaa, en Estonia, en octu-

bre de 1914. Pasó su infancia en San Petersburgo. Regresó a 

Estonia para cursar artes aplicadas en la Universidad deTar-

tu, en 1939.

 En 1944, ante el avance del Ejército Rojo, huyó a Alemania.

Y en 1953, viajó a Estados Unidos, donde permaneció, la ma-

yor parte del tiempo como bibliotecario en una sección de

la New York Public Library, hasta su muerte, ocurrida en New

Haven, Connecticut, en enero de 1985. Se ha ido convirtiendo 

en un escritor de culto. Ha publicado siete libros de poesía.

El propósito de esta publicación, además de darlo a conocer

en nuestra lengua -no he visto otras traducciones de su poe-

sía en castellano, lo cual no implica en modo alguno que no

las haya- es generar el deseo de seguir el hilo de su nombre y

explorar vida y obra de un gran poeta casi desconocido en

nuestro idioma.

     


Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)







 

lunes, 18 de marzo de 2024

THE MIND HAS ITS OWN CURRENT

  (LA MENTE TIENE SU PROPIA CORRIENTE)


 The mind has its own current

 and even its own trend

 you can actually go against it

 What is it in your mind

 that can go upstream?

 Strengths

 They've been fighting in his mind

 ever since who-knows-when

 What he is and what he thinks

 he is

 What he knows and what he thinks

 he knows

 What he thinks he wants or desires

 and what he really 

 wants or desires

 Struggles

 All kinds of struggles

 have made

 his mind

 whatever it is

Struggle hard, mind,

that's what you're meant

for




NOTA (1)

Con cierta frecuencia me hablo en inglés.

No es seguro que sea la voz de mi infancia (la que sólo

sabía ese idioma). Tampoco sé si se trata de un diálogo con

mi madre (con quien solía hablar siendo adultos en ese

idioma, por lejos el más cómodo para ella). 

En este sitio está ligeramente fuera de lugar.

¿Debería disculparme por ello?

El ello, ¿está dentro del orden de lo disculpable?


NOTA (2)


MIND como sustantivo, significa 'mente'.

MIND como verbo, en cambio, significa ocuparse, cuidar,

cuidar de, tener cuidado, poner atención a, importar.

Menciono estas dos versiones porque, a pesar de haber ele-

gido la primera en apariencia, la resonancia del significado

del verbo ("cuidar", "ocuparse", "importar", etc.) es una con-

jetura bastante aceptable acerca de qué es lo que intenta ha-

cer nuestra mente, y porqué le genera tanta lucha.

domingo, 17 de marzo de 2024

UN ARTEFACTO ANTIGUO

 Al fin ha podido encender ese maldito aparato heredado,

sin que él pueda determinar porqué, por su abuelo pater-

no: el graba-sueños. Esos aparatos, como es sabido, nunca 

anduvieron del todo bien, para decirlo con delicadeza.  Es

cierto que aparecen fragmentos, a veces más extensos, pero

la luz es demasiado extraña y el sonido se dilata o ambos se

retuercen juntos hasta la ininteligibilidad. 

 (El 'casco', apenas un entramado de cables de roída tela; el

'cable maestro', duro y retorcido en el fondo de la caja de ma-

dera)

 Así y todo, se podrían ver horas de grabaciones, si se qui-

siera. Pero, como se fundamentó cuando fueron abolidos,

¿quién es el perverso que quiere ver los sueños de sus padres? 

Esa línea es mucho más inatravesable que cualquier arrebato

pornográfico, o que otros productos del sadismo o del terror. 

Si hay un mal en los sueños de los padres, es de otra naturaleza.

Una naturaleza que rechaza la nuestra, por ejemplo.


Tal vez podría interesarle que quede grabado el sueño que va 

liquidarlo. No sabe si habría alguien interesado en conocerlo,

pero sería mejor que no lo hubiera. ¿Entonces? Queda expues-

ta la inutilidad del intento de grabar los sueños. Tal vez es por 

esa razón que se dejó de intentar crear esos aparatos.

(De todos modos, piensa, en realidad no es el contenido del 

sueño lo que produce el desenlace, sino las emociones que le 

suscita al soñante.)



Su padre 'murió' mientras dormía. De hecho, no murió del to-

do esa noche: la muerte tardó dos días en terminar su tarea.

¿Qué estaría soñando? El cuerpo de su padre, vaciado de su

espíritu, le había parecido, paradójicamente, un cuerpo "lle-

no". Pero no dejaba de pensar en qué clase de sueño podría

haber soltado a la bestia de la muerte mientras dormía.



 Puede entenderlo porque muchas veces lo despierta el dolor

en el pecho -el incuestionable- y coincide por supuesto con una

estela de sueño perturbador, o por lo menos que agita, agita en 

grado sumo. No le pasa a cualquiera: es preciso poseer una 

vulnerabilidad extrema en cierto punto de 'la superficie psíquica'.

(Que ridículos son todos esos términos que la ciencia nos "apor-

ta" para referirse a ESO. Habría que llamarlo así: ESO, piensa.

No nos entenderíamos, pero al menos sabríamos que no nos

entendemos.)

Durante siglos se lo ha llamado "el corazón".

No está mal si con eso se quiere decir el lugar por donde pue-

de entrar el río de las emociones y producir sus rupturas de di-

que y sus anegamientos.

 Al menos es un lugar (o una metáfora) y no una suerte de con-

cepto inerte e indemostrable.

 Y sea ahí o en las arterias de la cabeza ("la cabeza" es otro tér-

mino que valora y respeta: otro lugar, otra metáfora), es donde

suceden las cosas importantes como la vida o la muerte, o mis-

teriosas como los sueños.

Podría decirse, piensa: "la angustia se sumergió como una ser-

piente gigante en el río de las emociones y, arteramente, le re-

ventó una arteria".


 No son muchas las cosas que le legó su abuelo.

 La mayoría de ellas son gestos, actitudes, miradas, tonos de

voz, todas ellas hechas de una tersa modestia.

 Es probable que la grabadora de sueños le haya sido entregada

como pago por alguno de sus trabajos de carpintería. Y su abue-

lo, pensaba, por conocerlo, la había aceptado sin siquiera saber

bien de qué se trataba. Y con seguridad, nunca la había (o ha-

bría) usado. 


  Así que, dice, pensándolo bien, alguna tarde de estas es muy 

posible que la encienda y se ponga a ver fragmentos de haces 

de luz rara, junto a voces más extrañas aún: los sueños de per-

sonas totalmente desconocidas, hace largo rato ausentes de es-

te mundo.


 Por darse cuenta de algo, dice. Algo que no tiene idea de qué 

podría ser.